Grado 13: En los colleges estatales, una crisis de los alumnos de primer año mal preparados

La escuela secundaria profesor de Inglés Valet Tucker dice que no está sorprendido de que más de la mitad de los estudiantes que tomaron el examen de la universidad de Florida colocación en el año escolar 2010-2011 fallado al menos una asignatura. (Foto de Sarah Gonzalez/StateImpact Florida.)

Por Sarah González, Mc Nelly Torres y Lynn Waddell
Florida Center for Investigative Reporting

Shakira Lockett fue una buena estudiante en primaria, intermedia y secundaria. Lockett, que nació en el Condado Miami-Dade, dice que generalmente tenía calificaciones de A y B en las clases de Inglés.

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Pero Matemática siempre le resultó más difícil. Incluso así, pudo aprobar la materia en secundaria y se graduó de la Secundaria Coral Gables en el 2008.

Y de ahí fue derecho al Miami Dade College. Entonces sucedió algo inesperado: desaprobó las pruebas de ingreso en tres materias: Lectura, Redacción y Matemática. Eso no significaba que no podía asistir a clases, porque todos los colleges comunitarios en la Florida tienen una política de puertas abiertas, lo que significa que todos los graduados de secundaria son aceptados. Pero sí significaba que tenía que tomar cursos remediales antes de empezar con las clases de college.

“Cuando me dijeron que tenía que comenzar con clases de Lectura 2 y Redacción 3, me pregunté si era en serio”, dijo Lockett. “Porque siempre he sido buena en Lectura”.

Lockett, que ahora tiene 22 años, pasó un año y medio tomando clases remediales antes de poder comenzar las asignaturas de college que le contaran para graduarse de Comunicación y Periodismo. Los siete cursos extra le costaron $300 cada uno.

Para Lockett las clases remediales fueron desalentadoras. “Hace que una se sienta tonta”, dijo Lockett. “Una se pregunta si es normal”

Pero la experiencia de Lockett es normal en la Florida. En el curso escolar 2010-11, el 54 por ciento de los graduados de secundaria desaprobaron por lo menos una asignatura en los exámenes de ingreso del Sistema de Colleges de la Florida, según una investigación del Florida Center for Investigative Reporting y StateImpact Florida. Eso significa que casi 30,000 alumnos, todos graduados de secundaria, tuvieron que tomar por lo menos un curso remedial en college.

Las necesidades de educación remedial de la Florida son mucho mayores que en muchos otros estados. A nivel nacional, aproximadamente 40 por ciento de todos los alumnos de primer año necesitan educación remedial antes de que puedan matricular clases para poder graduarse, según la Alianza por la Excelencia en la Educación, un grupo de Washington D.C. que se dedica a fijar políticas.

Y las cifras son peores en el Miami Dade College, la escuela de Lockett. En esa escuela, 63 por ciento de los graduados de secundaria toman por lo menos un curso remedial al inscribirse. Muchos, al igual que Lockett, se sorprenden de que no estaban listos para el college a pesar de tener un diploma de secundaria.

El costo de no estar preparados

Hay precio para todos los estudiantes que llegan a los 28 colleges estatales y comunitarios de la Florida sin la preparación debida. Los alumnos tienen que pagar, y el estado tiene que subsidiar, los cursos remediales. Esos costos, compartido por los alumnos y el estado, se han disparado de $118 millones en el curso escolar 2004-05 a $168 millones en el curso escolar 2010-11.

La mayoría del costo del estado es en alumnos no tradicionales, que regresan a la escuela después de un tiempo sin estudiar. Pero según el Departamento de Educación de la Florida, aproximadamente una tercera del costo de la educación remedial es en alumnos recién graduado de las secundarias de la Florida.

Los expertos en educación afirman que parte del problema es que un diploma de secundaria nunca ha sido lo mismo que un certificado de preparación para los estudios superiores. En el currículo hay una diferencia entre lo que se enseña en la secundaria y lo que necesitan saber para estudiar en el college. Y es un problema antiguo que sólo recientemente los educadores estatales han comenzado a tomar en cuenta.

Jeb Bush, ex gobernador de la Florida, ha sido un defensor del examen estatal de salida de secundaria, el FCAT. Pero ahora este defensor conservador de la educación reconoce que la prueba nunca tuvo por meta determinar si los estudiantes estaban preparados para el college.

“Es realmente una forma de que los alumnos se gradúen de secundaria, no que estén listos para el college”, declaró Bush a StateImpact Florida en una entrevista.

Bush dijo que es evidente que la prueba tiene problemas porque muchos de los estudiantes de secundaria no se pueden graduar porque no aprueban el FCAT, que sólo se aplica a los conocimientos de décimo grado.

“O peor aún, como dijo usted, la mitad de los alumnos necesitan cursos remediales para poder tomar clases de college”, agregó.

Lenore Rodicio, viceproboste de Iniciativas de Rendimiento Escolar del Miami Dade College, dijo que hasta que el currículo de la educación secundaria se ponga a tono con el currículo de los colleges, las instituciones de educación superior comunitarias y estatales necesitan cubrir el déficit de conocimientos con cursos remediales, también conocidos como “educación de desarrollo”.

“Uno de los errores de la educación de desarrollo”, afirmó Rodicio, “es que los alumnos quedan atrapados en un ciclo en que no aprueban sus cursos y tienen que tomar varios semestres de clases remediales antes de comenzar a tomar clases de college”.

Las clases remediales no cuentan para el college. Cada clase dura un semestre completo y los alumnos no pueden matricularse en clases de college hasta que no aprueben los cursos mantener las puertas abiertas y dar a los estudiantes la oportunidad de una carrera.

La parte negativa, dijo Rodicio, es que los alumnos que no aprueban los cursos remediales tienen menos probabilidades de graduarse.

Una clase remedial

En el Miami Dade College, el proyecto final de la mayoría de las clases remediales de Redacción es escribir un solo párrafo al final del semestre.

“Tratamos de determinar si los alumnos se pueden concentrar en un tema, mantener una idea, desarrollarla, apoyarla, usar transiciones”, dijo Michelle Riley, profesora adjunta, quien agregó que para muchos alumnos es algo muy difícil.

Durante una reciente clase remedial de Lectura, Riley mostró a los alumnos una oración en el pizarrón blanco.

Decía: “El vendaje rodeaba la herida”.

La profesora les pidió a los alumnos que leyeran la oración en alta voz. Muchos tuvieron dificultad en pronunciar en inglés la última palabra en inglés porque se parece a otra que se escribe de manera similar pero se pronuncia de otra.

El curso es un nivel por encima del nivel remedial de Lectura más bajo que ofrecía el Miami Dade College. Los alumnos estudian las diferencias entre denotaciones y connotaciones, la diferencia entre la definición de una palabra en el diccionario y su asociación cultural o emocional.

Vallet Tucker, profesora de secundaria de Miami, dijo que no le sorprende escuchar que los alumnos tengan a asistir a clases remediales en el college. Tucker enseña Inglés a alumnos destacados en la secundaria Miami Northwestern y dijo que su alumno promedio de décimo grado lee a un nivel de séptimo grado.

“Y eso que tengo alumnos destacados”, señaló.

“Esto es material de décimo grado, pero a ellos todavía les falta mucho. El vocabulario es deficiente, la resistencia para leer”, afirmó. “Yo miro a algunos de mis alumnos y digo: ‘Ojalá pudiéramos leer esta novela’, pero todavía no pueden”.

Las críticas al FCAT

Los exámenes estandarizados han sido una parte importante de la educación pública de la Florida desde hace más de una década. El examen FCAT debutó en 1998 y se usó como una herramienta para evaluar a los alumnos de secundaria, determinar a qué clases debían asistir y decidir si podían graduarse de secundaria.

Pero con el tiempo el FCAT también se convirtió en una herramienta de gestión. Las calificaciones de los alumnos ahora determinan el nivel de financiamiento de las escuelas, la evaluación de los maestros, y a partir de este año la paga de los profesores. Las calificaciones del FCAT también son un factor a la hora de decidir si una escuela se mantiene funcionando o tiene que cerrar por mal rendimiento.

Los críticos del FCAT dicen que los maestros, bajo presión para ayudar a los alumnos a conseguir mejores calificaciones, han hecho énfasis en destrezas de cómo aprobar el examen en vez de conocimientos de las asignaturas. A los alumnos se les enseña a memorizar hechos y eliminar las respuestas en las preguntas de opción múltiple.

“Desde el momento que un niño está en kínder, todas las opciones que recibe tiene cuatro respuestas, para las cuales dos o tres pueden eliminarse fácilmente”, dijo Raquel Regalado, miembro de la Junta Escolar de Miami-Dade. “Desafortunadamente, la vida no le da a uno cuatro opciones para las cuales dos o tres soluciones se puedan eliminar fácilmente. Ese es el problema”.

Shakira Lockett. (Foto de Sagette Van Embden.)

El FCAT se ha hecho más riguroso con el pasar de los años en Lectura, Redacción y Matemática, pero las asignaturas no se apegan a lo que evalúa el examen de ingreso del college.

Los encargados de fijar política comprenden esto desde hace tiempo. En el 2006, la rama investigativa de la Legislatura de la Florida, conocida por sus siglas, OPPAGA, estudió la educación remedial en los colleges comunitarios. El estudio concluyó que el FCAT desvinculó lo que se enseña en las escuelas públicas y lo que necesitan saber los que estudian a nivel de college.

Aprobar el FCAT, indicó la Oficina Estatal de Fiscalización, “no asegura que los alumnos estén preparados para estudiar asignaturas de college”. La OPPAGA indicó que a pesar de informes anteriores que señalaban los mismos problemas, las autoridades estatales de educación y los legisladores no han revisado la efectividad del FCAT.

Matthew Ladner, asesor de políticas e investigación de la Fundación para la Excelencia en la Educación, de Jeb Bush, es un defensor del FCAT. Ladner dijo que la prueba, en la que se hizo énfasis cuando Bush era gobernador de la Florida, ayudó a aumentar el índice de graduados de secundaria. En el curso escolar 2010-2011, la Florida graduó la mayor cantidad de estudiantes, incluidos los de color, en la historia del estado. Ladner considera que no es sorprendente que algunos de esos alumnos batallen con las asignaturas a nivel de college.

“No debemos considerar necesariamente un fallo catastrófico el hecho de que estos alumnos tengan que tomar clases remediales en una institución de educación superior”, dijo Ladner. “Esto es una especie de proceso que conduce al éxito en el sentido de que muchos de esos alumnos en las instituciones de educación superior de la Florida hubiesen abandonado la secundaria hace 15 años”.

La cifra creciente de personas que entran al college, dijo, puede ser un factor en el aumento de la necesidad de las clases remediales.

Ilusión dañina

En la Florida esta situación ha contribuido a dañar la ilusión de muchos alumnos. Algunos que se destacan en las escuelas públicas y tienen buenas calificaciones en el FCAT se gradúan pensando que están bien preparados para la educación superior, y al llegar se dan cuenta de que no están listos en lo absoluto.

Shakira Lockett creían que estaba lista para el college. Pero la realidad fue que necesitó tomar numerosos cursos remediales en Miami Dade College. Finalmente completó su programa de dos años de periodismo en mayo, dos años después de lo planificado.

No fue fácil. “Tuve que trabajar duro para llegar a donde necesitaba estar para que mis padres estuvieran orgulloso de mí y para yo estar orgullosa de mí misma”, dijo Lockett. “Porque realmente quería ser algo en la vida”.

Pero muchos estudiantes no completan el camino. Las investigaciones muestran que los alumnos que necesitan educación remedial tienen menos probabilidades de graduarse que los demás.

Lockett es testigo de esto. Todavía recuerda cuando el instructor de su primera clase remedial retó a sus compañeros de clase a seguir hasta el final. Muchos la acompañaron al siguiente curso remedial, pero cuando Lockett finalmente se graduó esos alumnos no compartieron la graduación con ella.

“Ninguno de mis amigos estaba detrás de mí”, dijo Lockett. “Ninguna de las personas a quienes conocía. Estaba yo sola. Y sentí que había conseguido algo realmente importante”.